Autor: Yago Por America
2 DIC , 2015
Viajar, una simple palabra que encierra tanto dentro de sí. El solo hecho de planear un viaje, ya sea de turismo, negocio, distracción o aventura, nos provoca una sensación de libertad.
Cuando preparamos las maletas, bolsos o mochilas, miramos mapas e imaginamos los destinos más bellos, a veces no creeríamos que quizá, a la belleza más grande la encontraremos en el camino.
Al reservar un vuelo, subirnos a un carro, moto, autobús, bicicleta, o simplemente sobre nuestros pies y salir a caminar con la mochila al hombro, descubrimos la belleza y la inmensidad del mundo que nos rodea; respiramos el aire de cada sitio, contemplamos la diversidad de colores, aromas y sentimos el clima en nuestra piel.
Hay muchas maneras de viajar que dependerán del tiempo y presupuesto con el que contemos. Particularmente, prefiero los viajes improvisados, donde la aventura está después de la próxima curva, pero no lo sabemos hasta que llegamos y nos encontramos con dicha realidad.
Viajar es mucho más que solo movernos por el mundo, probando diferentes comidas, escuchando otras músicas y empapándonos de la diversidad cultural de las distintas regiones del planeta. Al recorrer otros destinos, vivimos experiencias que nos llevan a los rincones más recónditos de nuestro ser haciendo que nos conozcamos más y más.
El viajar es un hecho que en algún momento de la historia del ser humano era natural a él mismo, tribus nómades que vivían de lugar en lugar buscando nuevos recursos para sobrevivir, escapando de los fríos inviernos y migrando en busca de nuevos climas. Hoy en día se ha convertido en algo que pareciera ser imposible para muchos, veo como la gente siempre está auto-imponiendo límites y postergando anhelos de conocer.
Muchos sueñan con llegar a esos mágicos lugares, las playas más hermosas, las montañas más altas, o las islas más remotas, pero pocos son los osados que sin importar la circunstancia en la que vivan, deciden dejar al azar del destino lo que sigue y animarse a la aventura sin saber cómo lo harán, pero cargados de ilusiones y mucha actitud para enfrentar lo que el camino les depare. Pareciera que hablo de viajes de libros de cuento, pero no, hablo de personas reales que no esperamos que se nos pase la vida sin salir al menos a intentar conocer lo que nos rodea.
Cuando se sale al mundo con una mochila llena de algunas pertenencias, muchas ilusiones y simplemente con ganas de conocer, dejando atrás todo lo que de alguna manera u otra conformaba tu realidad, creemos dejarlo “todo”, pero al transcurrir el tiempo y conjugarse con las distancias en las que llenamos nuestros ojos de los paisajes más hermosos y nuestros corazones de la compañía de la gente más bella, ese pensamiento de haberlo dejado todo comienza a cambiar, descubrimos que allí afuera hay una “inmensidad” para nosotros, con la cual ese todo no podría compararse. Nuestro mundo se amplía y el horizonte va mucho más allá de nuestras narices o una frontera.
Por eso es que viajar ¡es toda una aventura! Ya sea que elijas conocer México, o Estados Unidos, Europa u Oceanía, cada rincón tendrá un encanto único esperando por ti.